sábado, 29 de octubre de 2011

Quintero

Recta final. Fin de semana y medio, exámenes y chaquetón amarillo. La duda es: cuanto pesa realmente ese chaquetón amarillo.

No es de extrañar que las cosas se ponen difíciles. Este módulo nos ha ido mostrando cual es el verdadero objetivo. Atras quedaron los rappeles desde un puente, de noche o desde el Peñon. Ya no es conocer que es una herida o que es una fractura. No es solamente entender el lenguaje. Hoy quieren que lo hables.

Y es que no solo hablamos español, o clave Q y Pajaritos. Las palabras ahora son anclaje, férula, sistema, sutura, freno o vía periférica. Ya no solo sirve llegar, sino saber que hacer. Y la realidad más fuerte es, que al llegar podemos encontrar cualquier cosa.

La responsabilidad del asunto es mucho mayor a la que vivimos en un paseo dominguero a Quebrada Quintero. Ese nombre bien sabemos que significa mucho más, y a más de uno se le paran los pelos si también escucha la palabra "ventiocho".

Entender el significado de "rescate uno a uno" es algo que te pone bien en situación: uno soy yo, y uno es mi compañero. Uno de los dos está lesionado y el otro está solo. 10 minutos es el tiempo necesario para sumarle uno al "ventiocho" y solo en uno de los dos cae la responsabilidad de que ese "clave 1" no pase a ser uno más en el muro de los "ventinueve" de nuestro grupo.

Da miedo el asunto. No creo haber estado completamente claro de todo el significado que tiene acumulado querer ser parte del Golfo Romeo Victor.

Mañana viene Quintero. Es quizás el ejercicio de cuerdas más cercano a un rescate real. Ahora hay que sumarle mucha agua que cae a lo que hemos aprendido y ahora la responsabilidad de todo el equipo es mayor.

No voy a negar que tengo algo de miedo.

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